05 Febrero 2019

Salud


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Reconocer dónde localizar una cojera en el caballo: pruebas de estrés y bloqueos

La cojera en el caballo es la enfermedad más temida en el deporte ecuestre porque, incluso la más pequeña, supone un parón en el entrenamiento.

Conocer el lugar concreto de la lesión que produce la cojera no siempre es fácil, pero es fundamental a la hora de establecer un tratamiento y un protocolo de ejercicios para la recuperación.

En el Blog de Pavo hablaremos de dos de las pruebas que, aunque frecuentes, no se conocen lo suficiente.

Las cojeras se producen porque el caballo, al sentir dolor, cambia la mecánica de su movimiento en un intento de paliarlo. Si podemos influir sobre el grado de dolor en una determinada zona, aumentaremos o disminuiremos la cojera, lo que nos facilita su localización.

Las pruebas de las que vamos a hablar se basan en este fundamento, de modo que, como sabemos sobre qué zona actuamos, si existe o no variación de la intensidad de la cojera sabemos si hemos manipulado sobre la lesión.

Pruebas de flexión o estrés, ¿para qué?

Consisten en mantener cada articulación en flexión máxima aproximadamente un minuto.

Con esto conseguimos que cojeras imperceptibles se manifiesten, y pequeñas cojeras aumenten de grado, de modo que es más sencillo su diagnóstico.

En otras ocasiones no se producirán diferencias en la marcha antes y después de la prueba, lo que también dará información al veterinario.


 

¿Por qué se hacen pruebas de cojeras en dos tipos de terreno? ¿y en recto y círculos?

  • Movimiento en recto

Tu veterinario te pedirá que hagas caminar y trotar a tu caballo en línea recta y en círculos.

Para ello deberás trazar un recorrido recto, al paso primero y al trote después, intentando mantener una velocidad constante intermedia-baja y dejando la cabeza suelta para permitir al caballo que la mueva con libertad.

Intenta también que el caballo vaya recto para poder ver mejor la cojera. Al final de la recta bajarás de velocidad, harás un círculo al paso y volverás por el mismo camino. Ten en cuenta que el caballo está lesionado, por lo que deberás hacer un círculo lo más amplio posible para molestarle menos.

Deberás trotar delante del veterinario para que lo pueda ver totalmente por detrás cuando te alejes, y totalmente por delante cuando vuelvas. En esta posición se ven muy bien los desplazamientos fuera de la vertical, las asimetrías y los cabeceos al trote.

La siguiente recta la harás perpendicular al veterinario para que también pueda ver la longitud de los trancos y el posible cabeceo desde otro ángulo.

  • Movimientos en círculo

También moverás al caballo al paso y al trote en un círculo amplio y a las dos manos.

Cuando trabajas en círculo el peso del caballo se desplaza hacia el interior. De modo que, si la lesión está en una extremidad interior se marcará más la cojera porque dolerá más al tener más peso en esa zona. Si la lesión está en una extremidad exterior la cojera será menor porque se aliviará el dolor al cargar más el peso en el otro lado del cuerpo.

Cuando cambias y das cuerda a la otra mano sucederá lo contrario.

Es muy importante que la persona que da cuerda sea igual de hábil al dar cuerda a una mano y a la otra para influir lo menos posible en el equilibrio del caballo.

Superficies duras y blandas

La observación en movimiento se hará en dos tipos de superficies:

  • Dura

Si fuese posible una superficie de goma dura y no deslizante, sería ideal. Como no es frecuente tener este tipo de pistas cerca de la cuadra, el hormigón o el asfalto resultará útil.

  • Blanda

Es fácil de encontrar pues la arena o el geotextil de las pistas de entreno o competición son perfectas.

Se hace en estos dos tipos de superficies, dura y blanda, pues según el tipo las cojeras se manifestarán mejor en una superficie u otra.

Bloqueo de las ramas nerviosas

Después de las pruebas anteriores ya tenemos localizada la extremidad afectada y la posible zona de la lesión.

Ahora el veterinario colocará una pequeña cantidad de anestesia local en las zonas pertinentes para bloquear un determinado nervio.

Cuando el nervio se bloquea, el dolor desaparece en la región que inerva desde la zona de la inyección hacia distal (hacia abajo). Por eso hay que empezar en las zonas más bajas.

En cuanto la anestesia hace efecto se vuelve a hacer trotar al caballo. Si la lesión está en esa zona (le llamaremos zona 1), el caballo dejará de cojear al desaparecer el dolor. Si la cojera no desaparece se procede al siguiente bloqueo nervioso de una zona superior. Si en este caso deja de cojear ya sabemos que la lesión está en los tejidos que inerva el nervio bloqueado entre la zona de la segunda inyección de anestésico pero descartando la zona 1.

Si los bloqueos se hiciesen empezando por las partes altas no sabríamos si la lesión está en la zona 2 o en la zona 1 porque el nervio se “duerme” desde la zona de la inyección hasta abajo del todo de la extremidad.

Como puedes ver la segunda técnica debe ser aplicada por un veterinario y la primera, aunque la podemos hacer todos, hay que ser muy expertos para poder ver el resultado.

Cada vez que realizas la flexión forzada o haces trotar a tu caballo lesionado estás “machacando” la articulación lesionada, así que cuantas menos manos intenten realizar un diagnóstico, mucho mejor. Tu caballo no sufrirá dolor innecesario.

Permite que tu caballo solo sea explorado por manos expertas.

Estas alteraciones de la marcha producidas por dolor no se deben de confundir con las cojeras por problemas neurológicos, de origen completamente diferente y por tanto con protocolos de diagnóstico diferentes.

Si te ha gustado este artículo sobre las cojeras de los caballos compártelo con los amigos a los que le pueda resultar de ayuda.

No te quedes con dudas, envíanos tus comentarios y responderemos a tus preguntas.

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