La enfermedad de Cushing afecta a 1 de cada 5 caballos mayores de 15 años, y es la enfermedad metabólica más frecuente del caballo.
En el Blog de Pavo hablaremos de esta enfermedad que afecta al metabolismo de los hidratos de carbono para dar a conocer la importancia de una dieta adecuada a la hora de conseguir que el caballo haga una vida normal.
¿Qué es la enfermedad de Cushing?
Es una enfermedad del metabolismo del caballo que incrementa la producción del cortisol. La repercusión inmediata es que se ve alterado todo el metabolismo de los carbohidratos y, por lo tanto, deberemos suministrar dietas especiales para contrarrestar este efecto.
También recibe nombres como PPID (disfunción de la parte intermedia de la pituitaria), hiperadrenocorticismo pituitario o hiperadrenocorticismo secundario.
Causas del PPID
Se produce un aumento del tamaño de la parte intermedia de la glándula pituitaria, que segrega más hormona ACTH de la habitual y, esta a su vez, provoca que las glándulas adrenales secreten más cortisol. Este cortisol (conocido como hormona del estrés) es el causante de los síntomas. Para hacernos una idea, con esos niveles de cortisol tan altos, es como si el caballo estuviese sometido a estrés de modo constante, y ya sabemos lo perjudicial que es eso.
Pelo lanoso que no muda en el Cushing
Síntomas del Cushing
Suelen ser caballos de edad avanzada en los que vemos que su pelo no es normal. La muda se retarda o se realiza por zonas y es incompleta. El pelo crece, pero es diferente del de invierno. Es mate, fino, algo ondulado o incluso rizado, muy diferente del que el caballo solía tener.
El caballo pierde peso y masa muscular, sobre todo en el dorso, y la grasa se redistribuye centrándose en el abdomen, que se hace voluminoso, dándole al caballo un aspecto de viejo.
La grasa también se acumula alrededor de los ojos, de la cresta del cuello y en la base de la cola.
Aumenta la sed, por lo cual el caballo bebe más (polidipsia).
Aumenta la producción de orina (poliuria).
Disminuyen su actividad y parecen cansados. Unas veces es casi inapreciable, pero en otras lo hacen hasta el punto de parecer letárgicos. A veces, esta falta de movimiento no se debe al cansancio, sino a dolor por una laminitis subclínica. Es decir, una laminitis que comienza y aun no manifiesta síntomas.
En otras ocasiones la laminitis se hace evidente.
El sistema inmune está deprimido, de modo que son más susceptibles a padecer infecciones.
Esta nueva morfología, con poca masa muscular en el dorso, mayor barriga, cansancio y mal pelo en un caballo de cierta edad, hace que los propietarios atribuyan el problema a la edad y no a la enfermedad, lo que retarda el diagnóstico.
Tratamiento del Cushing
Tras el diagnóstico, el veterinario recetará el medicamento adecuado y realizará un seguimiento para ir adecuando la dosis.
Alimentación adecuada
Es otra parte muy importante del tratamiento, sobre todo, teniendo en cuenta que es una enfermedad crónica.
Con los cuidados necesarios, el Cushing es una enfermedad que se controla y el caballo hace una vida normal, si tenemos en cuenta que habrá que disminuir las expectativas de un rendimiento deportivo alto.
2. Si el animal tiene poco peso o dificultad para mantenerlo, deberemos administrar heno junto con:
Piensos bajos en almidón como los piensos grain free que, al no tener grano de cereales, reducen al máximo los niveles de almidón y azúcares simples.
Pulpa de remolacha, por su alto contenido energético sin los problemas de los almidones.
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Uno de los problemas para el control de esta enfermedad son los pastos, ya que resulta muy difícil controlar la cantidad de hierba ingerida y sus niveles de azúcares. Niveles que para otros caballos serían inofensivos, pero que para caballos con PPID pueden resultar muy peligrosos.
Por ello, puede resultar necesario pasarlos a un recinto sin pasto y administrar forraje de modo controlado tanto en cantidad como en calidad.
Control de la dentadura
Además de que los problemas dentales aumentan con la edad, y estamos hablando de caballos mayores, cualquier problema digestivo repercute en el metabolismo de los hidratos de carbono. Ya sabemos que el buen estado de los dientes, la masticación y la salivación influyen en la digestión. No nos podemos permitir el mínimo fallo digestivo para no dejar hueco a que aparezca la laminitis.
Recorte y equilibrado frecuente de cascos
El cuidado constante de los cascos es necesario tanto por las infecciones a las que están más predispuestos estos caballos como para generar alivio en las laminitis subclínicas o clínicas.
Esquilado coherente
Estos caballos no tiran el pelo en verano, lo que les puede suponer padecer golpes de calor. Es necesario esquilarlos en primavera, al menos hasta que el tratamiento haga suficiente efecto para que la muda normalice un poco.
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