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5 diciembre 2025 Tiempo de lectura 0 minutos

Enfermedad de Cushing en el caballo

Tu caballo senior ya no es el de antes. Notas que está más lento, que ha perdido musculatura en el dorso o que este año la muda del pelo de invierno no termina de completarse. Es fácil pensar que son simplemente cosas de la "vejez", una etapa natural en la vida de cualquier caballo. Pero ¿y si estos cambios fuesen síntomas de algo más?

Estos signos, a menudo sutiles, podrían indicar la presencia de la enfermedad de Cushing. En este artículo del blog de Pavo, te explicamos qué es exactamente el Cushing, cómo reconocer sus síntomas y por qué un manejo adecuado, especialmente en la alimentación, es clave para garantizar que tu caballo disfrute de una buena calidad de vida.

¿Qué es la enfermedad de Cushing o PPID?

La enfermedad de Cushing, conocida técnicamente como Disfunción de la Parte Intermedia de la Pituitaria (PPID), es una de las enfermedades metabólicas más comunes en caballos de edad avanzada. De hecho, las estadísticas indican que afecta a 1 de cada 5 caballos mayores de 15 años.

Su causa es una alteración en la glándula pituitaria, situada en el cerebro del caballo. Este problema se origina por una degeneración del hipotálamo relacionada con la edad, lo que reduce la producción de dopamina. La dopamina actúa como un "freno" natural para la glándula pituitaria; sin ella, la glándula produce una cantidad excesiva de hormonas, como la ACTH. Este exceso hormonal desequilibra todo el sistema endocrino del caballo, dando lugar a los síntomas característicos de la enfermedad.

Aunque el riesgo es mayor en caballos de edad avanzada, es importante saber que la enfermedad puede empezar a desarrollarse a partir de los siete años.

A menudo, los síntomas del Cushing pueden solaparse con los del Síndrome Metabólico Equino (SME), especialmente en lo que respecta al riesgo de laminitis y la desregulación de la insulina. Incluso, ambas enfermedades pueden coexistir en el mismo caballo. Por esta razón, un diagnóstico veterinario preciso es fundamental para no confundir ambas patologías y aplicar el manejo correcto.

Síntomas: cómo reconocer el Cushing en tu caballo

Al principio, los síntomas del Cushing pueden ser sutiles y a menudo se confunden con los signos normales del envejecimiento, lo que puede retrasar el diagnóstico. Presta atención a las siguientes señales:

  • Pelo anormal (hirsutismo): este es el síntoma más característico. El pelaje se vuelve largo, rizado o con ondas. La muda en primavera y verano se retrasa, es incompleta o se produce solo por zonas, dejando un aspecto descuidado.
  • Pérdida de masa muscular: se observa una disminución notable de la musculatura, sobre todo en la línea del dorso, mientras que el abdomen se vuelve más voluminoso, adquiriendo una apariencia de "barriga de olla".
  • Redistribución de la grasa: se acumulan depósitos de grasa en lugares atípicos como sobre los ojos, en la cresta del cuello y en la base de la cola.
  • Letargia y bajo rendimiento: el caballo parece más cansado, apático y con menos energía de lo habitual para el trabajo o el movimiento.
  • Aumento de la sed y la orina (polidipsia y poliuria): notarás que tu caballo bebe y orina con mucha más frecuencia de lo normal. Es un síntoma complejo ligado al desequilibrio hormonal que afecta a la regulación del agua en el organismo.
  • Laminitis: es una de las complicaciones más temidas y frecuentes del Cushing. A veces, la laminitis es subclínica, es decir, no presenta síntomas evidentes, pero sí causa dolor. Es importante saber que, en otoño, la PPID es la causa de laminitis en aproximadamente el 70% de los casos.
  • Sudoración anormal: el caballo puede sudar en exceso o en momentos que no es normal.
  • Mayor susceptibilidad a infecciones: el sistema inmunitario se debilita, por lo que el caballo puede sufrir infecciones recurrentes.

La importancia del diagnóstico veterinario

Si sospechas que tu caballo podría tener Cushing, es fundamental que contactes a tu veterinario. Él es el único profesional capacitado para realizar un diagnóstico fiable, que generalmente se confirma mediante un análisis de sangre para medir los niveles de la hormona ACTH.

Un diagnóstico temprano es clave para empezar a manejar la enfermedad correctamente, prevenir complicaciones graves como la laminitis y mejorar significativamente la calidad de vida y el bienestar de tu caballo. Para que el proceso de diagnóstico sea lo más preciso posible, ten en cuenta estos puntos que tu veterinario valorará:

  • El mejor momento para el análisis: el otoño es la época ideal para realizar el test de ACTH. Durante esta estación, las diferencias hormonales entre un caballo sano y uno con Cushing son más pronunciadas, lo que aumenta la precisión del diagnóstico.
  • Factores que pueden alterar los resultados: el dolor agudo, el estrés o una inflamación severa pueden elevar los niveles de ACTH de forma natural. Por ello, el veterinario elegirá el momento adecuado para la extracción de sangre, asegurándose de que el caballo esté lo más tranquilo posible.
  • Diagnóstico en casos tempranos: en caballos con síntomas muy sutiles o en las fases iniciales de la enfermedad, un único análisis podría no ser concluyente. En estos casos, es posible que el veterinario recomiende repetir la prueba pasados 3 o 6 meses para confirmar el diagnóstico.

Tratamiento de un caballo con Cushing

Aunque el Cushing es una enfermedad crónica, un manejo adecuado permite controlarla de forma eficaz. Este manejo se basa en varios pilares.

1. Tratamiento veterinario

Actualmente, el Cushing no tiene cura, pero se puede controlar eficazmente con medicación. El tratamiento principal consiste en un medicamento que ayuda a inhibir la producción excesiva de hormonas en la glándula pituitaria.

Esta medicación siempre debe ser recetada y supervisada por un veterinario, quien ajustará la dosis a las necesidades de cada caballo.

2. La alimentación: un pilar fundamental

El síndrome de Cushing equino o PPID es una alteración hormonal que afecta al metabolismo de los carbohidratos. Esto implica que la dieta debe controlarse con precisión, especialmente en lo referente a los niveles de azúcares y almidón. Una alimentación inadecuada puede agravar los síntomas e incrementar el riesgo de complicaciones como la laminitis, por lo que la elección del pienso y el manejo del forraje son determinantes.

La estrategia nutricional no es igual para todos los caballos con PPID. Uno de los puntos más importantes es valorar su condición corporal. A partir de ahí, el manejo debe ajustarse a si el caballo tiene tendencia al sobrepeso o, por el contrario, dificultad para mantenerlo.

a. Cuando el caballo con PPID tiene sobrepeso

En estos casos, la prioridad es reducir la cantidad de energía de la dieta sin comprometer el aporte de vitaminas, minerales y fibra. Para ello se recomienda:

Control del forraje
El heno debe ajustarse tanto en cantidad como en calidad. En algunos caballos puede ser necesario limitar el acceso al pasto, ya que algunas praderas presentan altos niveles de azúcares. En situaciones determinadas, se puede valorar el uso de recintos sin hierba para un control más preciso.

Pienso/ granos
Se deben evitar granos y piensos ricos en almidón.

Pavo EasyMix  es muesli bajo en azúcar y almidón para caballos que ganan peso con facilidad.

Equilibrador de forraje
Si la ración va a ser basada en heno (sin pienso), es importante complementar con un suplemento balanceador de forrajes que aporte micronutrientes sin añadir energía extra. Dentro de la gama de Pavo, una opción adecuada para caballos mayores con sobrepeso y con necesidades específicas de bajo contenido en azúcar y almidón es Pavo 18Plus Vital. Si tu caballo tiene menos de 18 años, le corresponde Pavo Vital.

 

Categoría Recomendaciones específicas Ejemplos de productos
Piensos / concentrados Se deben evitar granos y piensos ricos en almidón. Pavo EasyMix (muesli bajo en azúcar y almidón para caballos que ganan peso con facilidad)
Suplementación Se aconseja únicamente un equilibrador de vitaminas y minerales para cubrir micronutrientes sin añadir calorías.

Pavo Vital (equilibrador sin cereales ni melazas).

Pavo 18Plus Vital (para mayores de 18 años)

b. Cuando el caballo con PPID tiene bajo peso o dificultad para mantenerlo.

Muchos caballos con PPID pueden presentar pérdida de masa muscular y condición corporal. En estos casos es necesario aportar energía de forma segura, priorizando la proteína de calidad y evitando los almidones.

Piensos bajos en almidón y sin cereales
Son una herramienta nutricional fundamental para aportar calorías sin aumentar los niveles de almidón. Dentro de la gama sénior de Pavo, el muesli Pavo 18Plus Sensitive  es bajo en azúcar y almidón, no contiene cereales y resulta adecuado para caballos con PPID que necesitan ganar peso.

Energía adicional
En caballos que necesitan mejorar su peso, Pavo 18Plus Sensitive puede combinarse con soluciones que aporten fibra y proteínas de calidad:

Pavo FibreBeet o Pavo WeightLift.  Estos productos no incorporan cereales ni melaza y presentan bajos niveles de azúcar.

Pavo SpeediBeet, elaborado a partir de pulpa de remolacha sin melaza, aporta fibra de alta digestibilidad y bajo contenido en azúcar.

Pavo RiceBran, salvado de arroz estabilizado.

En algunas raciones también pueden añadirse aceites vegetales como fuente de calorías seguras.

Categoría Recomendaciones específicas Ejemplos de productos
Piensos / concentrados Priorizar piensos sin cereales (grain free), ricos en fibra y proteínas, con bajo contenido en azúcar.

Pavo 18Plus Sensitive (muesli para caballos senior, bajo en azúcar).

Pavo WeightLift (alto en fibra y proteína, sin cereales).
Energía adicional (fibras y grasas) Puede añadirse pulpa de remolacha sin melaza, salvado de arroz estabilizado o aceites vegetales. Pavo SpeediBeet, Pavo FibreBeet, Pavo RiceBran.

 

Suplementación específica en caballos con PPID

Además de la dieta base, algunos caballos mayores con Cushing pueden beneficiarse de la suplementación. Pavo 18Plus Cushin está formulado para apoyar el equilibrio hormonal mediante una mezcla de ingredientes naturales, sin azúcares añadidos.

No es un medicamento y no sustituye el uso del fármaco recomendado, por lo que debes de consultar con tu veterinario para establecer el tratamiento combinado, completo y adecuado.

3. Otras pautas de manejo importantes

Además del tratamiento y la dieta, otros cuidados son esenciales para el bienestar de un caballo con Cushing:

  • Control de los pastos: la hierba fresca puede tener niveles muy altos de azúcar, lo que supone un riesgo. Puede ser necesario limitar o incluso eliminar el acceso al pasto, optando por un paddock sin hierba.
  • Cuidado dental: las revisiones dentales regulares son fundamentales para asegurar una correcta masticación y una buena digestión, especialmente en caballos de edad avanzada.
  • Recorte de cascos: un herraje frecuente y adecuado por parte de un profesional es vital para prevenir problemas y aliviar el dolor en caso de laminitis.
  • Esquilado: en verano, es recomendable esquilar a los caballos que no mudan el pelo correctamente para evitar que sufran golpes de calor.
  • Ejercicio suave: mantener un nivel de ejercicio ligero y regular ayuda a la salud muscular y metabólica, siempre que el caballo no presente dolor.

Conclusión: una vida plena con Cushing es posible

El síndrome de Cushing es una enfermedad crónica que requiere atención y cuidados constantes. Sin embargo, con un diagnóstico a tiempo y un manejo integral que combine el tratamiento veterinario, una dieta controlada y unos cuidados generales adecuados, un caballo con Cushing puede disfrutar de muchos años con una excelente calidad de vida.

Si tienes alguna duda sobre el estado de tu caballo, no dudes en consultar a tu veterinario. Y si este artículo te ha resultado útil, compártelo con otros propietarios a los que pueda ayudar.

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