Alimentar a los caballos con aceites, ¿es bueno?
Las grasas vegetales (aceites) están en la alimentación del caballo de forma natural en pequeñas cantidades en forrajes y granos. Son diglicéridos, triglicéridos, esteroles, fosfolípidos, etc. Las grasas que suplementamos en forma de aceites (los comercializados para humanos) son, sobre todo, triglicéridos y se administran en una cantidad que no es la que de forma habitual el caballo encontraría en el alimento. Por lo tanto, la suplementación con aceites debe de hacerse con cautela y siguiendo unas recomendaciones.
En el Blog de Pavo hablaremos de las dietas para caballos ricas en grasas, para que conozcas sus beneficios si se usan adecuadamente.
Digestión, digestibilidad y palatabilidad de los aceites
La digestión de las grasas se realiza, en su mayor parte, en el intestino delgado y de ahí pasan a sangre en forma de distintas moléculas, que posteriormente son usadas como energía o almacenadas en forma de grasa. Las grasas que no se absorben en esta parte del intestino pasan al intestino grueso y se eliminan por heces. En consecuencia, hay que tener cuidado con un exceso en la cantidad que administramos, tanto por su paso excesivo a intestino grueso (y sus repercusiones) como por su efecto en los depósitos grasos.
Al contrario de lo que podríamos pensar, la digestibilidad de los aceites comerciales es mayor que la de los aceites que hay en las plantas, que están protegidos por las paredes celulares vegetales y los hacen “menos accesibles”.
La palatabilidad varía según el vegetal de procedencia, y el aceite de maíz parece gustar más que el de girasol.
La importancia de las grasas en la alimentación del caballo
Las grasas son necesarias porque son el vehículo de entrada y transporte en el organismo de las llamadas vitaminas liposolubles (vitaminas A, E, D y K) y porque son fuente de ácidos grasos esenciales como el omega 3 y el omega 6, que el caballo no puede sintetizar y necesita de su aporte a través de la alimentación. Tanto las vitaminas como los ácidos grasos son imprescindibles en numerosas funciones vitales.
¿Por qué se incluyen dietas altas en grasas en la alimentación de algunos caballos?
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En caballos asustadizos, porque disminuyen el estrés y la reactividad.
Un caballo que ingiere menos energía de la que necesita para su deporte, no rinde, pero si aumentamos las calorías ingeridas a base de cereales, podemos tener un caballo demasiado nervioso, que se asusta de todo (caballo reactivo), y está poco concentrado en las órdenes del jinete.
Se ha visto que las dietas ligeramente altas en grasas vegetales produjeron reacciones menos intensas y menores incrementos de cortisol (hormona que se libera en casos de estrés) en sangre ante estímulos externos productores de nerviosismo.
Además, con el uso de grasas en lugar de cereales (que tienen exceso de almidón) reducimos los riesgos de enfermedades como laminitis y cólicos.
De modo que, las grasas son una fuente muy rica en energía que no calienta a los caballos.
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En sementales, para aumentar la fertilidad.
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En yeguas lactantes, porque disminuyen las pérdidas de peso en los picos de producción de leche.
Cuando las yeguas están produciendo mucha leche es muy fácil que pierdan peso si no se aumenta la cantidad de calorías que ingieren. Ya sabemos que una dieta alta en cereales, y por tanto en almidón, puede resultar peligrosa para la salud, aumentando el riesgo de cólicos y laminitis. De modo que, el aumento de calorías aportado por las grasas hace que no necesitemos tantos cereales y por tanto tengamos menos riesgos.
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En caballos de alto rendimiento, porque aportan 2,5 veces más energía que los hidratos de carbono.
El ATP es el combustible que usa el músculo para contraerse. De la digestión de las grasas se obtienen ácidos grasos, que producen una liberación de 129 moléculas de ATP, frente a las 39 que se obtienen partiendo de hidratos de carbono.
Además, esta energía es de liberación lenta, por lo que los caballos no se “calientan” del modo en que sí lo hacen si consumen cereales, cuya principal fuente de energía se basa en hidratos de carbono como almidón y azúcares.
Tienes más información sobre el tema en este enlace sobre el uso de las grasas en la alimentación del caballo de raid y en ¿Por qué la avena excita mi caballo?
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En caballos de deporte, porque reducen el riesgo de padecer enfermedades musculares.
Los caballos con predisposición a padecer enfermedades como la rabdomiolisis o la miopatía por almacenamiento de polisacáridos pueden verse beneficiados por este tipo de dieta.
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En caballos de morfológico, porque mejoran el aspecto de la piel y pelo, ya que aumentan en brillo.
¿Todos los caballos deben de tomar aceite o piensos altos en grasa?
En general, si un caballo está alimentado con un pienso de calidad, adecuado a su disciplina y estado fisiológico, y el forraje que recibe también lo es, no necesita la suplementación con aceites vegetales.
¿Qué ocurre en la alimentación de los caballos de deporte de alto rendimiento?
Sin embargo, los requerimientos de caballos de alto rendimiento (raid, salto, completo...) son tan elevados que para evitar que adelgacen o pierdan potencia y resistencia nos vemos obligados a incrementar la cantidad de pienso o cereales. Pero, tenemos dos problemas: el estómago del caballo es muy pequeño y aumentar demasiado la cantidad de los cereales tiene riesgos por su alto contenido en almidón. Entonces, ¿qué hacemos?
Tenemos varias opciones en lo que se refiere a las grasas:
- Añadir aceite (aporta solamente grasas y no es suficiente)
- Añadir un topping de pienso alto en energía (aporta proteínas y aceites) como Pavo TopSport
El pienso topping debe de sustituir a la misma cantidad del pienso habitual que se elimina, hasta un máximo de 1 kg para caballos de 500-600 kg.
- Suministrar un pienso específico para alto rendimiento alto en aceites. Estos piensos especialmente formulados para alto rendimiento no solo deben de aportar energía suficiente para compensar el desgaste calórico que tiene el caballo de alta competición, sino que también deben de ser ricos en vitamina E y con proteínas de calidad que ayuden a la formación muscular. Además, los antioxidantes ayudarán a la recuperación tras el ejercicio y los prebióticos fomentarán una microbiota saludable.
Como ves, no solo se trata de aumentar la energía, sino de aportar los nutrientes necesarios que, combinados entre sí, favorezcan la formación muscular, la menor lesión y mejor recuperación de las fibras musculares. Y todo ello sin perjudicar el sistema digestivo.
Con los piensos específicos para alto rendimiento suministramos volúmenes adecuados en cada toma sin renunciar a la energía y sin poner en riesgo la salud, al aumentar las grasas y las proteínas, pero disminuyendo el almidón, principal causante de cólicos, laminitis, problemas musculares y otros problemas de salud en el caballo de deporte.
Dos puntos muy importantes a la hora de usar aceites
1. El caballo no está acostumbrado a una porción de grasas tan alta en su dieta, de modo que:
- Se debe de empezar con cantidades muy pequeñas y aumentar paulatinamente hasta alcanzar la dosis completa.
- El caballo debe de estar acostumbrado al aceite al menos 2 meses antes de la competición.
2. Cuando un caballo tiene unos requerimientos tan altos que necesita más grasa en la dieta, también necesitará más proteína. Suplementar solo con aceites comerciales de uso humano no será suficiente.