05 Marzo 2019

Salud


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Dos plantas tóxicas para el caballo: hierba de Santiago y tejo

Que el caballo acceda a los prados es muy saludable, y deberíamos fomentar la permanencia en ellos la mayor parte de tiempo posible, tanto por las ventajas a nivel nutricional como por los beneficios motores y el equilibrio que aporta a nivel mental; pero debemos ser conscientes de que hay plantas, arbustos e incluso árboles tóxicos para el caballo si este los ingiere.

En el Blog de Pavo hablaremos de la hierba de Santiago y del tejo, para que puedas reconocerlos y eliminarlos del campo de pastoreo y de otros lugares donde permanezca el caballo.

Hierba de Santiago, azuzón, hierba cana, hierba lombriguera o hierba sapo

La hierba de Santiago (Jacobaea vulgaris) recibe todos estos diferentes nombres según la zona geográfica en donde nos encontremos. Crece a lo largo de caminos o ríos, y en campos sin cultivar, relativamente húmedos.

Cuando mejor se distingue es en la época de floración, por sus ramilletes de flores amarillas sobresaliendo por encima de los campos, ya que crece más que el resto de las hierbas, porque en general el ganado la rechaza. Además, por esta razón, cada año que pasa hay más hierba cana, que desplaza a otras hierbas que sí servirían de alimento.


Hierba de Santiago

Tras la floración aparecen las semillas, que rematan en un penacho que les permite volar con el viento.

Cómo eliminar la hierba de Santiago

Cuando veas las flores, córtalas con cuidado para que no caigan las semillas, y llévalas a un contenedor de basura, no las tires en el estercolero porque cuando utilices el estiércol para fertilizar la finca generarás más plantas. Tampoco las lleves a la zona de quema de restos de poda porque se secarán y las semillas pueden volar.

El resto de la planta (que no lleva ni flor ni semillas) debes arrancarlo de raíz y llevarlo al contenedor de basura o dejar que se seque y muera. Entonces sí puede ir a compostaje en el estercolero (si este está aislado de los caballos).

Su acción tóxica es producida por unos alcaloides que son tóxicos tanto en plantas verdes como secas. Es ahí donde radica la máxima peligrosidad, pues el caballo puede tomarlas secas mezcladas con otras hierbas al empacarlas conjuntamente.

En verde no suelen comerla, excepto si tienen mucha hambre, ya que no les gusta y la reconocen fácilmente por el olor.

Su acción tóxica es acumulativa y hace falta bastante cantidad para producir la muerte, lo que no quita que pequeñas cantidades produzcan lesiones en el hígado, de tipo cirrótico, que en sus inicios solo se manifestará por pérdidas de peso.

Al evolucionar la intoxicación, los animales pueden estar apáticos o al contrario excitados, caminar de modo extraño en círculos o sin rumbo, o incluso tener ataxia (movimientos anormales). Algunos apoyan la cabeza contra objetos.

El tejo contiene uno de los tóxicos más potentes para el caballo

El tejo (Taxus spp.) es una conífera que crece en zonas montañosas, frescas, húmedas y de tierras calizas, por eso es abundante en la cornisa cantábrica. Aunque puede alcanzar muchos metros, admite muy bien el recorte, por lo que muchas veces se usa como seto ornamental con bonitas bayas rojas.


Tejo y sus bayas

Es un árbol altamente tóxico para personas y algunos animales, entre los cuales se encuentra el caballo.

Su alcaloide tóxico es la taxina, que afecta al corazón produciéndole arritmias por alteración en los canales de sodio y calcio de las células del corazón.

La toxicidad es tal, que serían suficientes 200 g de tejo para intoxicar e incluso matar a un caballo de 400 kg.

Por lo tanto, no se debe de permitir, bajo ningún concepto, pastar a los caballos en campos con tejos.

Muchas veces la intoxicación sucede por accidente, aunque no se hayan plantado tejos, al tirar los adornos creados con las ramas y frutos de este árbol al estercolero (y el caballo tiene acceso) para que haga compostaje; o incluso por acceso a leña de tejo guardada, pues hasta pueden comer las cortezas.

También podemos tener un disgusto al no fijarnos y atar los caballos cerca de tejos. Los caballos ramonean aunque solo sea por entretenimiento, ingiriendo las hojas, que como ya sabemos, hasta en cantidades mínimas son tóxicas. Esta conífera es muy frecuente como árbol o arbusto ornamental en las proximidades de las plazas o las iglesias de los pueblos.

La muerte es tan rápida que normalmente el cadáver se encuentra en las cercanías de los árboles, y en la necropsia (autopsia de animales) todavía hay hojas en el estómago o incluso en la boca.

No hay antídoto específico y la terapia que suele usarse para paliar los síntomas tiene un éxito desalentador.

Todo esto unido, hace que el tejo sea un árbol sumamente peligroso, que no debe de ser plantado en los campos donde pasten los caballos o incluso en zonas de entrenamiento y boxes, por muy tentadora que sea la belleza de sus bayas.


Vídeo sobre hierba de Santiago y tejo: tóxicos en caballos

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