26 Abril 2022

Nutrición


¡Suscríbite al blog!

Te avisaremos cada vez que publiquemos nuevo contenido

Consentimiento
Información básica sobre protección de datos

Grasas de origen animal en la alimentación del caballo: más económicas pero poco digestibles

Las grasas de origen animal son aquellas que se obtienen de la leche, del pescado o como subproductos de matadero.

En el Blog de Pavo hablaremos de las distintas grasas animales que se usan en nutrición, para que sepas identificarlas en las etiquetas de los piensos y valores si, realmente, quieres arriesgarte a su poca digestibilidad como alimento para caballos.

Clasificaciones de las grasas o lípidos

Existen varias clasificaciones, algunas poco acertadas, pero que su uso frecuente en el lenguaje habitual las ha instaurado:

  • Saturadas e insaturadas

Es una clasificación química en base a tener (las insaturadas) o no (las saturadas) dobles enlaces entre átomos de carbono de su molécula.

  • Aceites o grasas

Se les llama aceites si están en estado líquido a temperatura ambiente, aunque en realidad los aceites son químicamente grasas también. Así que, en una etiqueta de pienso verás que pone grasa bruta (y su porcentaje), aunque solo lleve aceites. Para saber el tipo de grasa tendrás que ir al apartado donde nos informan de los ingredientes que se usan para su fabricación. Allí verás, según corresponda, aceite de soja, de lino, manteca, sebo, etc.

  • De origen animal, vegetal o mineral

Según la procedencia de la grasa. Hay que tener en cuenta que el aceite mineral no tiene valor nutritivo, se usa solo en algunos tratamientos.

Las grasas saturadas son sólidas a temperatura ambiente y tienen poca palatabilidad para los caballos. Los aceites de pescado y las grasas vegetales son líquidos a temperatura ambiente.

Los aceites vegetales tienen una digestibilidad de al menos el 95%, mientras que las grasas animales solo un 75% y saben peor a los caballos, hasta tal punto que algunos llegan a rechazar el pienso.

Hay que diferenciar el rechazo por el sabor original o porque, por una mala conservación, el pienso se enrancie.

El enranciamiento es un proceso de oxidación de las grasas saturadas o insaturadas, (más fácil cuanto más insaturadas) y que puede ocurrir tanto en grasas animales como vegetales al estar expuestas a la luz, el aire, el calor, microorganismos y encimas. El resultado es una liberación de moléculas de olor desagradable responsables del sabor rancio, al que el caballo es muy sensible.

Los aceites vegetales tienen vitamina E, que actúa como antioxidante natural pero, aun así, debemos de almacenarlos en determinadas condiciones, porque, como hemos visto, se oxidan más fácilmente al ser más insaturados.

Para evitar que los piensos altos en aceites o los aceites líquidos se enrancien, debemos de evitar todas estas causas que lo favorecen y, por tanto, los tendremos en un lugar fresco y seco, sin luz y bien cerrados.

Dentro de los aceites vegetales, podemos diferenciar el aceite extraído por prensado en frío del extraído con disolventes, en los cuales se usa un agente químico.

Con disolventes

Las semillas se trituran y el polvo molido se expone al agente químico que disuelve la grasa. Después se retiran los residuos y lo que queda es aceite. Con disolventes se extrae más cantidad, pero también se expone el aceite a productos químicos.

Prensado en frío

La semilla o vegetal se exprime y así rezuma el aceite. La extracción es mecánica, no hay químicos.

Tipos de grasas de origen animal usadas en la fabricación de piensos

  • Mantequilla: poco usada, procede de leche.
  • Sebo: procede de rumiantes.
  • Manteca: suele ser de cerdo, pero debido a que pocos mataderos tienen capacidad para gestionar por separado las grasas de porcino o rumiantes, generalmente la manteca lleva mezcla de manteca (de cerdo) y sebo (de vacuno).
  • Grasa de aves: más utilizadas en animales de compañía.
  • Aceite de pescado: obtenido a partir de prensado de pescado entero o de subproductos de conserveras.
  • Mezclas de varias grasas.

Está permitido por la legislación el uso de algunas de estas grasas animales en la alimentación del caballo, lo cual no significa que sea lo ideal. Cuando, en una etiqueta de pienso para caballos, veas alguno de estos nombres ya sabrás de donde procede y podrás valorar cual es el mejor para tu caballo.

Las grasas de origen animal no son aconsejables por tener peor palatabilidad y menor digestibilidad que las de origen vegetal, lo que puede originar que el caballo rechace el pienso o, lo que es peor, trastornos digestivos a corto o largo plazo.

Por lo tanto, los aceites vegetales son más interesantes para la alimentación del caballo. Tienes más información sobre ellos y cómo usarlos en este post del blog.

Si te ha gustado este artículo sobre las grasas de origen animal usadas en la alimentación del caballo, compártelo con los amigos a los que les pueda resultar de ayuda.

No te quedes con dudas, envíanos tus comentarios y responderemos a tus preguntas.

 

¿Te gusta el blog de Pavo?

  

¡Suscríbite al blog!

Te avisaremos cada vez que publiquemos nuevo contenido

Consentimiento
Información básica sobre protección de datos

Compartir en:

Envíanos tu comentario

Nombre

Dirección de correo electrónico (no visible)

Mensaje


Posts relacionados

Nutrición de la yegua gestante: repercusiones antes, durante y después del parto

La correcta alimentación de la yegua durante la gestación repercute no solo en el desarrollo normal del feto y del potro después del nacimiento, sino también en la lactación,...
Leer más >

Maíz en la alimentación del caballo: ¿bueno o malo?

Un día escuché: “Los caballos no deben de tomar maíz en grano porque no son gallinas”. Como teoría científica me parece malísima, pero es una frase...
Leer más >